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13 de abril de 2011

Hay que cambiar el sistema, no basta con cambiar de políticos

corrupción concentración de poder Se está iniciando un clamor nacional por la presentación de numerosos políticos imputados en causas de corrupción ("La corrupción se presenta a las elecciones", El País">). Para hacerse una idea del sentir general basta seguir un rato la página ¡Listas Limpias! Envía tu mensaje contra la corrupción. Ya hay muchas personas que desconfían totalmente de los políticos en general. Pero también hay muchas otras que simplemente están escandalizados de que los partidos políticos dejen presentarse a presuntos corruptos. Hasta ahora en todas las elecciones anteriores españolas esta actitud era la norma. Y los partidos no sufrieron castigo electoral alguno. Pero la situación en España ha cambiado, la crisis ya afecta a muchos y en los próximos cuatro años lo hará a muchos más. La gente empieza a estar más atenta a las decisiones políticas.
Sin embargo, las decisiones que más nos afectan no son las que están en proceso judicial y no quiero decir con esto que sean cuestiones sin importancia. Considero que son muy importantes y nos afectan a todos por lo que nadie debería quedar indiferente ante estos hechos. Pero ante la magnitud de los crímenes sin delito que están cometiendo los políticos legales, los delitos que se están investigando no pasan de meros juegos de niños malotes o traviesos, que no han sabido guardar las formas. ¿Qué se puede decir de decisiones que están dejando sin casa a cientos de miles de personas, sin trabajo a millones y escamoteando dinero a pensionistas y trabajadores? Supongo que los biempensantes creerán que no existe otra opción y que los políticos hacen lo que pueden. A mí me gustaría creer que hacen lo que saben (porque yo creo que se puede hacer mucho más) pero me cuesta convencerme de ello. Más bien sospecho que hacen lo que les dejan porque para presentarse a unas elecciones con posibilidades de ser elegidos hace falta mucho dinero que no queda nunca muy claro de donde proviene (aunque los partidos no presentan sus cuentas se sabe que están muy endeudados por lo que en definitiva proviene de los bancos y si los bancos dejan de prestarles se quedan sin partido) y además para conseguir los puestos con las remuneraciones tan holgadas que consiguen muchos no pueden adoptar decisiones muy contrarias a los intereses de las empresas que les contratarán. Porque ya imaginarán que yo y muchos después de las decisiones que han adoptado en contra de nuestros intereses nunca les contrataríamos. Si de mí dependiera les dejaría sin sueldo y sin posibilidad de encontrar trabajo para que probaran la medicina que aplican a la sociedad. Pero esto no está en mis manos. En cambio, si que lo está en las de muchos grupos de poder con los que conviene no enfrentarse.
Estamos asistiendo impasibles a nuestra ruina. Estamos viendo día a día como se están arruinando los ciudadanos de Grecia, Irlanda, Portugal sin hacer nada por ayudarlos ni apoyarlos. Los siguientes seremos nosotros ante la impasibilidad del resto de Europa. No sabemos cuáles serán los siguientes de la lista, probablemente los italianos. Pero los ciudadanos europeos seguirán atónitos sin reaccionar ¿hasta cuándo? ¿hasta que les toque su turno uno a uno?.
Los rescates financieros que se están aplicando o se aplicarán en estos países no están diseñados para mejorar la situación de sus ciudadanos sino para rescatar a los bancos del resto de Europa. Se les presta dinero para que puedan responder ante sus acreedores. Pero, al mismo tiempo, se aprovecha para justificar la aplicación de unas medidas que empobrece a todos con el supuesto fin de poder devolver el dinero prestado en el menor tiempo posible. Y cuando digo todos no me refiero simplemente a los habitantes de estos países sino a todos los europeos porque lo que se hace en definitiva es retirar dinero de manos de los trabajadores lo que provoca menor consumo, y, por consiguiente, en lo que nos atañe, menor consumo de productos españoles y más paro.
En España, estamos asistiendo a la representación de un esperpento. El gobierno con ayuda del resto de gobiernos europeos está intentando simular una situación de normalidad financiera que nadie cree. Y está adelantando medidas que de todas maneras tendrá que ampliar para salvar a los acreedores del resto de Europa. Para no destapar la magnitud del agujero contable de los bancos se ha sacado de la manga una reforma que eleva el capital mínimo exigido a bancos y cajas con el fin de reforzar su solvencia. Pero adivinen quién pone el dinero: los trabajadores y pensionistas españoles directamente a fondo perdido y acreedores internacionales a buen interés avalado por los trabajadores españoles. Parece ser que los acreedores internacionales todavía se fían de la mansedumbre futura de los trabajadores pero en realidad no tienen más remedio si no quieren perder el resto de sus inversiones. Una vez más el dinero puesto por los españoles (directamente y a través de pagos de intereses) para salvar la solvencia de los bancos nos empobrece: menos dinero en circulación, luego menor consumo, más parados, más embargos de casas y más personas sin hogar.
¿Cuándo se producirá el final de toda esta pesadilla?, ¿cuando la quiebra financiera ya no se pueda ocultar ni siquiera en los países “ricos” de la UE y se decidan a tomar soluciones reales, no parches pasajeros?, ¿cuando los excedentes de capital de los países exportadores del resto del Mundo vengan a salvarnos?, ¿cuando los ciudadanos de toda la UE ya no puedan más y se echen a las calles? Mientras, los capitales seguirán con su partida de ajedrez para sacar el máximo provecho de los despojos y los ciudadanos europeos sufriremos en carne propia nuestra ruina.
¿Cuál es la solución a todo este desaguisado? Una devaluación del euro o una corresponsabilidad real de los europeos por las deudas contraídas acompañadas de una serie de medidas sociales para mejorar la calidad de vida de los europeos. Otra opción alternativa: una cadena de quiebras en cascada que borre del mapa a las empresas y entidades más débiles financieramente y se valoren adecuadamente los activos de toda Europa, para empezar de nuevo con una contabilidad fiable. El objetivo es que el dinero circule de nuevo, que es cuando genera riqueza y bienestar para todos. El dinero sepultado en edificios contables no sirve más que para satisfacer la vanidad de unos pocos.
Para la devaluación hace falta ponerse de acuerdo todos los países del euro. Mientras llega ese momento España debe poner en circulación el poco dinero que le queda y volver a ser un sitio atractivo para invertir y para ello hay que obligar a que las cuentas estén claras aunque las fortunas más grandes del país tengan que reconocer públicamente que se han quedado sin nada y nada impide ir dejando morir las empresas que no puedan hacer frente a sus deudas y el Estado hacerse cargo de los inconvenientes sociales. Seguro que es más barato que ir manteniéndolas ficticiamente hasta que finalmente caigan. Nadie en su sano juicio invertiría en España si no sabe lo que pasa realmente. Qué mejor muestra de que algo va mal que decir que los bancos necesitan más capital pero en cambio no obligarles a valorar adecuadamente todos los activos para saber la magnitud de sus necesidades.
Entre las medidas sociales que aliviarían la situación se encuentran:
  • En vez de prestar a los bancos por prevenir la morosidad de los trabajadores en dificultades financieras, prestar a los trabajadores para que no dejen de pagar sus deudas y no pierdan sus bienes. Esta medida, aparte del beneficio evidente para el trabajador, evitaría problemas de morosidad en los bancos y problemas en los acreedores internacionales. Es simplemente bajar un escalafón en los préstamos. ¿Por qué se presta a los bancos cuando se duda de que puedan devolver el préstamo y no se va a hacer a los trabajadores? Para que el trabajador pueda devolver el préstamo sólo es necesario que le demos trabajo y para que el banco en la situación actual pueda devolver los préstamos también necesita que el trabajador trabaje. Si el trabajador no trabaja, los bancos no pueden sobrevivir; ni el Estado. En cualquier caso, tal como están las leyes actualmente en España el trabajador responde de las deudas con su vida (mientras viva deberá devolverlas y los embargos sobre sueldos y bienes son muy eficaces). En cambio, si los bancos quiebran, el dinero y las deudas se esfuman, por lo que de momento es más seguro prestar a un trabajador que a un banco.
  • En vez de despedir empleados, fomentar la distribución de la carga de trabajo para que no haya trabajadores que pierdan su formación y empresas que pierdan su capital humano. Ofrecer posibilidades y facilidades para que quién desee disfrutar de permisos y excedencias pueda hacerlo garantizando realmente el puesto a su vuelta. Favorecer la conciliación familiar y reducción de jornadas.
  • Que a cualquier persona que acabe sus estudios o se le acabe su prestación por desempleo se le ofrezca una ocupación acorde a su formación aunque sea a tiempo parcial para que tenga unos ingresos y no pierda su capacitación. Esto ayudaría al consumo, la compra de casas y la formación de familias desde las primeras etapas de la vida laboral porque el trabajador tendría un mínimo de estabilidad. Aumentaría la productividad de los trabajadores porque se reduciría el subempleo y no habría ninguno que involuntariamente tuviera lapsos grandes de inactividad.
  • Eliminar el impuesto de transmisión de la vivienda habitual para que los trabajadores no se vean penalizados por la movilidad laboral y no tengan que gastar horas y dinero en desplazarse a su trabajo o pagar impuestos injustos porque necesita cambiar de vivienda. Al cambiar de casa más fácilmente, además de conseguir un mayor bienestar por ahorro de tiempo y dinero, se reduciría el despilfarro de energía por el transporte.
¿De dónde saldrían los fondos para estas y otras muchas medidas afines? Por supuesto de los impuestos, como siempre, pero en vez de transferir el dinero directamente a los poderosos se pondría al servicio de los ciudadanos. Es muy importante apreciar que cualquier política que se emplee debe evitar la asignación directa de recursos a empresas, que es fuente de corrupción y de malgasto de recursos. Así, por ejemplo, si se trata de formar a los trabajadores no se deben subvencionar academias sino proporcionar fondos a los trabajadores para que se lo gasten como quieran, siempre y cuando cumplan con los requisitos que se impongan. Ya sé que muchos que me leáis pensaréis, ¿por qué voy a dar parte de mi dinero para que otros vivan mejor?, piensa que de todos modos ya lo estás haciendo y que nadie está a salvo de necesitar la ayuda de los demás y lo bueno de estas medidas es que benefician a todos mucho más que otros gastos. Cuanto más gente trabaje, más consumo y más riqueza. Lo bueno del dinero es que por cuantas más manos pase más riqueza creará.
Al final, el dinero acabará en las mismas manos que ahora pero habrá cumplido su función más eficientemente. No se entiende porque un hecho tan evidente no lo tienen en cuenta los poderosos del mundo. En realidad, sí que resulta comprensible, pero es triste reconocerlo. Los poderosos prefieren buscar el dinero directamente del Estado porque es más fácil ganarse las voluntades de unos pocos políticos que ganar las voluntades de los consumidores en el mercado. En el mercado hay que trabajar mucho para ser más competitivo que los demás o ganarse la confianza de los consumidores. En la política todo es mucho más fácil.
Es imprescindible poner trabas para que los poderosos puedan influir en la política. Hay que ser muy estrictos con la contabilidad de los partidos, obligarles a que publiquen sus cuentas, impedir que se endeuden con el sector financiero y, si se detectan agujeros, ilegalizar el partido y probablemente deshabilitar para cargo público a todos los políticos de sus listas de manera permanente. Todo ello aunque puedan pagar justos por pecadores, pero así se preocuparán todos, antes de presentarse por un partido, de que las cuentas estén claras. Para evitar que puedan influir en políticos concretos, se debería conseguir, como mínimo, la imposibilidad de trabajar por cuenta ajena a cualquier persona que haya tenido un cargo público con derecho a pensión vitalicia. Así mismo se debería hacer un seguimiento de las contrataciones y patrimonio de todos los políticos con cargos públicos de responsabilidad. Para que todo esto y otras muchas medidas funcionen es imprescindible también que el poder judicial sea completamente independiente del poder político. Ni un sólo empleado de ningún órgano judicial podrá ser elegido o designado por el Gobierno.
El poder legislativo debería elegirse de manera independiente del gobierno. Muchos de los abusos de poder de los Gobiernos provienen de que los mismos que gobiernan son los que hacen las leyes. Muchas de las injusticias y estafas mayores provienen de leyes hechas a medida para cometer las tropelías de forma descarada. En España las leyes están hechas para favorecer a los poderosos:
  • Las leyes permitieron a los bancos acaparar toda la riqueza de España y ahora son las que les salvan de la ruina. Las personas físicas acreedoras responden y responderán con sus bienes futuros a pesar de que entren en proceso concursal, las deudas les seguirán toda la vida impidiéndoles rehacer sus vidas. Una familia no podrá volver a empezar a tener otra casa hasta que no termine de pagar la que le embargaron años atrás. Si un autónomo decide emprender otra actividad, el pasivo pendiente de la anterior le "perseguirá" bloqueando su iniciativa empresarial. En cambio las personas jurídicas una vez liquidado su patrimonio, se disuelven y no abonan el pasivo pendiente. Imaginemos que una persona jurídica, una empresa, le debe una cantidad de dinero a un autónomo, el cuál a su vez se lo debe al banco. Si la empresa quiebra y no dispone de capital para satisfacer las deudas, el autónomo se queda sin el dinero, pero este dinero se lo deberá toda la vida al banco aunque el autónomo quebrara a su vez por no haber podido cobrar de la empresa.
  • Las leyes que rigen las contrataciones de los sectores públicos favorecen a aquellos que ya tienen el capital impidiendo el acceso a los concursos a muchos autónomos y microempresas.
  • Las sucesivas leyes del suelo imposibilitan que las cooperativas de vivienda puedan conseguir el suficiente suelo edificable para viviendas de protección sin tener que negociar con las grandes inmobiliarias del país, que detentan la mayoría del suelo edificable o potencialmente edificable. Por lo cuál sólo lo han conseguido las cooperativas promovidas por éstas y en las condiciones que les convenían. Así durante unos años las inmobiliarias ofrecieron a sus cooperativas protegidas suelo de protección oficial porque era lo que más les interesaba y en cuanto les empezó a salir a cuenta promoverlas directamente con los alquileres con opción a compra dejaron de ofrecerlo, dejando a sus cooperativas el suelo para viviendas de precio tasado.
    No sigo porque la lista es interminable y puede herir la sensibilidad del lector.
El poder judicial debe independizarse del resto de poderes. A partir del año 1985, la llamada Enmienda Bandrés, mientras gobernaban los socialistas, modificó el régimen de elección de los miembros del órgano de Gobierno del Poder Judicial de manera que vino a otorgar a las Cortes Españolas -Congreso y Senado- la facultad de elección de la totalidad de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, mediante el reparto de 10 para cada una de las Cámaras Legislativas. Esta injerencia es particularmente grave porque este Consejo es el que elige a todos los miembros del Tribunal Supremo de España<. Este es el tribunal de última instancia (final) en todos los casos y sus decisiones sólo pueden ser dejadas sin efecto cuando el Tribunal Constitucional (adivinen quién elige a sus miembros) encuentra lesión de los derechos y libertades constitucionales. En todos los demás casos, no es posible apelar o recurrir una decisión firme del Tribunal Supremo.
Entre otras funciones el Tribunal Supremo conoce y decide los procesos de ilegalización de partidos políticos, a instancia exclusiva del Ministerio Fiscal o del Gobierno, requerido a ello por el Senado o el Congreso de los Diputados. Así, por ejemplo, un partido que consiguiera una representación de más de 3/5 del Congreso y el Senado podría elegir, sin necesidad de negociar, a la totalidad del Consejo General del Poder Judicial, el cuál a su vez podría elegir a los miembros del Tribunal Supremo e ilegalizar si quiere a todos los partidos de la oposición porque también habría elegido a todos los miembros del Tribunal Constitucional. No está mal. Si alguno duda de que esto puede ocurrir, para desengañarse sólo tiene que seguir el caso del partido Sortu. No dudo de que haya mucha gente que deseara con todo su corazón que se ilegalizara, pero espero que a nadie le deje indiferente el hecho de que a un juez del Tribunal Supremo que consideró junto a seis compañeros suyos que no había pruebas suficientes para ilegalizarlo, de repente, le declararan que no era apto para el puesto, dos años más tarde de haber tomado posesión del mismo. Puede ser una casualidad pero el “mensaje” no pudo haber sido ignorado por el Tribunal, que posteriormente decidió por unanimidad rechazar el recurso presentado por Sortu y el Tribunal Constitucional probablemente tenga que dar la razón al Tribunal Supremo por la cuenta que les tiene a sus componentes. Nunca sabremos cómo habrían actuado sin haber estado coaccionados. Y la coacción no sólo puede provenir del ejecutivo directamente, puede provenir de muchos intereses que presionen al Gobierno como si fuera el que puede administrar justicia. Dando por descontado lo que explico que puede llegar a pasar, que la justicia haga lo que el Gobierno diga. Un nuevo suceso adorna esto último, el PNV presionó al PSOE en las vísperas de la decisión del Tribunal Constitucional sobre la ilegalización de la coalición de partidos Bildu en el sentido de permitir que se presente a las elecciones. Tras hablar con el PSOE pareció calmarse y decidió esperar a la decisión del TC. Finalmente el TC permitió a Bildu presentarse a las elecciones por seis votos a cinco dando la casualidad que los votos favorables eran todos de jueces presentados por el PSOE. “Los seis magistrados que respaldaron la decisión pertenecen al ala progresista del órgano. Se trata de todos los jueces propuestos por el PSOE, a excepción de Manuel Aragón, que se posicionó en contra, junto a los nombrados bajo el auspicio del PP [… ].” Caben dos interpretaciones, entre otras muchas, por supuesto: que los magistrados estaban en desacuerdo desde el principio con el PSOE porque éste fue el que inició los trámites para ilegalizar a la coalición y probablemente presionara al Tribunal Supremo para que lo ratificara o que el PSOE cambió de opinión por el camino y presionó a “sus magistrados” para que cambiaran el sentido de la votación. Lo peor es que todos los partidos en contra del fallo se han apresurado a acusar públicamente al PSOE de dirigir el voto de “sus magistrados”. Al parecer nadie cree en la independencia del poder judicial pero nadie se queja mientras no le afecta. Aunque el colmo es que no se quejan de que los jueces sean unos mandados, sino de que el PSOE sea un traidor y les haya dado instrucciones equivocadas. Creen que los partidos de magistrados del TC y el TS deben acatar sin fisuras, como en el Congreso y el Senado, las consignas de los partidos en el poder.
Sin llegar al extremo de ilegalizar partidos, supongamos por un momento que el PSOE y el PP representan los intereses de los poderosos de este país. Esto querría decir que los grandes de España tendrían el control de la justicia, además del Gobierno y de las leyes. De nada serviría que varios juzgados dictaminaran que una vivienda otorgada en garantía de una deuda pudiera servir como pago de la misma y que el deudor no tiene que seguir pagando con sus bienes futuros. O que las aseguradoras deben pagar por los seguros fraudulentos que concedieron como si fueran los que legalmente hubieran tenido que hacer. O que ... Bastaría con ir recurriendo hasta el Tribunal Supremo donde tendrían colocadas a las personas adecuadas que fallarían convenientemente. Un negocio para los abogados. Yo preferiría que pudieran elegir directamente a los jueces de primera instancia para que no me marearan, me sangraran aún más y no me dieran falsas esperanzas.
En definitiva, España es terreno abonado para la corrupción. ¿Cómo es posible que los mismos que gobiernan hagan las leyes e influyan tan directamente en la justicia? Los grandes partidos no lo denuncian porque prefieren esperar su turno para adquirir un poder casi ilimitado. Nuestro sistema político se llama democracia pero deberíamos saber que en el mundo hay muchos tipos de democracia y a nosotros, por decirlo finamente, no nos ha tocado en suerte un buen tipo.
Finalmente quiero observar que estoy completamente en contra de la violencia a pesar de que desconfío de las elecciones, no se consigue nunca nada ni con la una ni con las otras, sólo cambiar de actores y un poco el decorado. Los cambios reales sólo podrán producirse cuando todos seamos conscientes de los posibles abusos y exijamos los medios para prevenirlos.


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