El 1 de mayo de cada año se celebra en numerosos sitios del mundo y, en particular, de la Península Ibérica, una fiesta que se caracteriza principalmente por la exhibición de niñas o jóvenes en altares o tronos con su corte. Por lo complejo del tema, sin pretender ser exhaustivos ni rigurosos, presentamos aquí algunos datos que pudieran estar relacionados con el origen de la fiesta.
Imperio Romano
Se sabe, por muchas citas, que ya los romanos celebraban una fiesta el 1 de mayo dedicada a la diosa buena (Bona Dea), la innominable, que para algunos era la diosa de la fertilidad, la castidad y la salud. Algún autor la asoció a Maia, la diosa griega, y muchos a Fauna, por ser hija, hermana o esposa de Fauno; había opiniones para todos los gustos, y hubo quien la asoció con la Tierra, el caso era no ponerse de acuerdo. Se la representa normalmente sentada en un trono y sosteniendo una cornucopia. Su atributo es la serpiente, símbolo de curación. En esas fiestas exclusivas para mujeres se homenajeaba a la sacerdotisa de Maia acompañada de sus damas vestales en un templo decorado con flores y plantas, de las que se excluía el mirto ya que, según la tradición, Bona Dea fue golpeada hasta la muerte por Fauno con una rama de este árbol. Según unos, Bona Dea era hija de Fauno, con la particularidad de que su padre quería mantener relaciones sexuales con ella. No lo consiguió ni siquiera emborrachándola ni azotándola con vergajos de mirto. Sólo logró sus objetivos convirtiéndose en serpiente. Según otros, Bona Dea era una mujer hacendosa, hábil y púdica. En una ocasión encontró un cántaro de vino y llevada por la curiosidad bebió y se emborrachó. Su marido entonces montó en cólera y le dio una paliza tal con un vergajo de mirtos que la mató. Esto provocó los remordimientos de Fauno de modo que erigió un santuario a su mujer y le confirió honores de divinidad. En las fiestas en honor de Bona Dea se sacrificaba una cerda y se servía leche con miel o vino cuidando de no nombrarlo por su relación con las desgracias de la diosa. Este tabú pudo derivarse de una antigua prohibición en Roma, en aquellos tiempos ya derogada, según la cual las mujeres no podían beber vino bajo pena de muerte.
Esta diosa tenía seguidores entre los hombres de cualquier clase social (incluso libertos) como atestiguan numerosas inscripciones. Y era la única deidad que llegó a tener sacerdotes varones. Su carácter popular pudo ayudar a su expansión por el Imperio Romano y a que la fiesta del 1 de mayo se extendiera. Pero no hay ninguna prueba de que fuera la precursora de los actuales mayos, salvo las aparentes coincidencias de las fiestas.
No hemos encontrado descripciones más antiguas de este tipo de fiestas, pero si buscamos por el origen de la palabra maya o maia, que pudo dar nombre al mes latino de mayo, encontramos antecedentes en:
India y Bangladesh
El término proviene del sánscrito ma-aiá (‘no-es’).
A veces se la identifica con la diosa Durgā a la que se dedica una fiesta muy importante, la Durga Puja, que se celebra en muchas partes tanto de la India como fuera de ella. Originalmente tenía lugar en primavera y otoño, en la actualidad sólo en otoño. Para simbolizar el poder de la diosa, esta aparece montada sobre un león que le sirve de vehículo.
También más de quinientos años antes de la era cristiana hubo una Maya reina madre de Sidharta (creador del budismo que nació en el 563 A.C).
Dice la leyenda que Māyā fue fecundada por un pequeño y bello elefante blanco provisto de seis colmillos que hirió delicadamente su regazo sin causarle dolor. Al nacer, el pequeño Siddhārtha habría aparecido ante su madre sobre un loto mientras una suave lluvia de pétalos caía sobre ambos, y dijo: «Triunfaré sobre el nacimiento y la muerte y venceré a todos los demonios que hostigan al humano».
Según otra versión, Māyā soñó una noche que un pequeño elefante blanco con seis cuernos y cabeza de color rojo rubí bajaba del cielo y entraba en su vientre por el lado derecho. Más tarde ella salió al jardín con sus sirvientas y caminó bajo un árbol sala, el cual se inclinó. La reina se colgó de una rama y miró a los cielos. En ese momento Siddhārtha surgió de su lado.
Grecia
La Ninfa Maia (en griego Μαία) es la mayor de las Pléyades, las siete hijas de Atlas y Pléyone, que aparece en el Himno homérico a Hermes, que se escribió entre los siglos VII a IV AC:
“Canto a Hermes el Cilenio, el Argicida, que tutela Cilene y Arcadia, pródiga en rebaños, raudo mensajero de los inmortales, al que parió Maya, la hija de Atlante, tras haberse unido en amor a Zeus, ella, la diosa venerable.
Esquivaba la compañía de los dioses bienaventurados, habitando en una muy umbría gruta. Allí el Cronión solía unirse con la Ninfa de hermosos bucles en la oscuridad de la noche, mientras el dulce sueño retenía a Hera, la de níveos brazos, y pasaba inadvertido a los dioses inmortales y a los hombres mortales.
Así que te saludo a ti también, hijo de Zeus y Maya, que yo, una vez que haya comenzado por ti, pasaré a otro himno.
¡Salve, Hermes, dispensador de alegría, mensajero, dador de bienes!”
Maia también significa madre o nodriza en griego y en la Orestiada de Esquilo del siglo V aC se la identificaba con la Tierra:
“Deseando que este homenaje --inútil homenaje-- aleje de ella los males, oh madre Tierra (Gaia maia), me envía la mujer maldita.”
De esta palabra (Maia) viene mayéutica, que significa ayudar a dar a luz.
Península Ibérica
La fiesta puede tener un origen ancestral, pudo llegar a la península con los fenicios, los griegos u otros pueblos, nada se sabe de ello. Lo cierto es que los romanos se pudieron encontrar en algunos de los pueblos conquistados con la fiesta de Beltane (que ha perdurado hasta nuestros días en muchos lugares de Europa) que se celebraba el 1 de mayo y marcaba el comienzo de la temporada de verano pastoral cuando las manadas de ganado se llevaban hacia los pastos de verano y a las tierras de pasto de las montañas. Una de las principales actividades de la festividad consistía en encender hogueras en las montañas y colinas. Puede ser que los romanos introdujeran entonces la adoración a la Bona Dea y que luego derivara en la expresión popular de la fiesta de las mayas que conocemos por los textos escritos. Pero todo esto no son más que conjeturas.
Para ver los antecedentes contrastados en la Península Ibérica nos hemos basado principalmente en La maya, notas para su estudio de Angel González Palencia y Eugenio Mele (1944). La alusión más antigua que estos autores encontraron de esta fiesta data de la época de Alfonso X y se halla en un cantar de escarnio del juglar portugués Barroso de mitad del siglo Xlll:
'Sedie el mes de mayo coronado de flores
afeitando los campos de diversos colores
organeando las mayas e cantando d'amores
espigando las mieses que sembran labradores'.
En 1385 la cámara de Lisboa ya menciona los cantos de Maya para prohibirlos: «Outro sim estabelecemos que daqui em diante em esta Cidade e em seu termo nom se cantem Janeiras nem Mayas, nem a outro nenhum mes do ano .... ››. Apud Ethnogr. Port., de F. A. Coelho, § 35
Covarrubias en la Parte segunda del Tesoro de la lengua castellana (Madrid. 1673). hace referencia del vocablo maya de esta manera: "[…] maya y mayo es una manera de representación que hacen los muchachos y las doncellas poniendo en un tálamo un niño y una niña. que significan el matrimonio: y está tomado de la antigüedad: porque en este mes era prohibido el casarse, como si dijésemos ahora, cerrarse las velaciones".
En 1734 el diccionario de lengua castellana llamado de Autoridades definía la Maya de este modo: “Una niña que en los días de fiesta del mes de Mayo por juego y divertimiento visten bizarramente como novia y la ponen en un asiento en la calle y otras muchachas están pidiendo a los que pasen den dinero para ella lo que les sirve para merendar todas. Dióse este nombre por el mes de Mayo […]. Tanto duran las Mayas como Mayo”.
En el Diccionario castellano de Terreros y Pando (1786-1793) se encuentran explicaciones de los vocablos maya y mayo en la que se describen las dos fiestas tradicionales a las que se refieren Covarrubias y el Diccionario de Autoridades; dice este autor: “Maya llaman en algunos lugares a una muchacha a quien un mancebo a quien llama ella su Mayo, regala y sirve por todo el mes de Mayo con flores: adórnanse uno y otro con ellas; de modo que se presentan con particular gracia de donde se pronunció después guturalmente con esta misma significación Majo, Maja en lugar de Mayo y Maya'.
También hay testimonios de intentos de prohibición de estas fiestas. En 1769 el conde de Aranda pide que se tomen medidas para “extremar el rústico abuso de las que con el nombre de Mayas se ponen en las calles causando irrisión y fastidio a las gentes bajo la pena de diez días de cárcel y diez ducados de multa a los responsables de las muchachas”. Carlos III por real cédula del 20 de febrero de 1771 ordenó que las Chancillerias y Audiencias del reino no permitieran “disciplinantes empalados ni otros espectáculos semejantes que no sirven de edificación y pueden servir a la indevoción y al desorden en las procesiones de Semana Santa, Cruz de Mayo, rogativas, ni en otras algunas”.
Obras literarias
En algunas obras literarias se encuentran descripciones de cómo se realizaban las Mayas.
Una descripción singular es la que hace Rodrigo Caro en Días geniales o lúdricos en el capítulo que lleva el título de “Estimación de los muchachos, Mayas y sus ritos', en la que describe esta costumbre tal y como se realizaba en Andalucía, concretamente en Sevilla: 'Yo las diré muy puntualmente. Júntanse las muchachas en un barrio ó calle y de entre si eligen á la más hermosa y agraciada para que sea la Maya; aderézanla con ricos vestidos y tocados; corónanla con flores ó con piezas de oro y plata como reina; pónenle un vaso de agua de olor en la mano: súbenla en un talamo ó trono donde se sienta con mucha gracia y majestad, fingiendo la chicuela mucha mesura; las demás la acompañan. sirven y obedecen como á reina, entreteniéndola con cantares y bailes. suélenla llevar al corro. A los que pasan por donde la maya esta piden para hacer rica à la Maya: y á los que no le dan les dicen 'Barba de perro, que no tiene dinero', y otros oprobios à este tono” (Caro. 1884: 283-284).
El erudito Tomás Maza Solano hizo una descripción muy completa de esta festividad tal y como se celebraba en la provincia de Santander con el nombre de maya, y en concreto la que se realizaba en la Junta de Voto: “El día 3 de mayo, fiesta de la Cruz. las muchachas del pueblo se reunían a la puerta de la iglesia, vestidas de blanco con especiales galas y adornadas con coronas y guirnaldas de flores, una de ellas, engalanada con particular primor, hacía de reina o maya y sentada en preferente lugar, teniendo en sus manos una cruz de ramos y flores, escuchaba los cantos que en elogio de ella entonaban las demas. Era el fin principal de esta fiesta pedir dinero a la gente que acudía a aquel lugar para con ello merendar. el domingo siguiente" (Maza. 1935: 14-15).
Hay que decir que las Mayas que aparecen fundamentalmente asociadas a la festividad cristiana de la Santa Cruz se han celebrado por la práctica totalidad del territorio español. si bien con más frecuencia en tierras del Sur que en las del norte, donde, sin embargo, se conocen diversidad de casos. En muchas localidades era costumbre poner en las esquinas de las calles y en los portales de las casas altarcitos, adornados con plantas y flores formando una cruz, junto a los que postulaban las Mayas-niñas. En este tipo de festejos también era costumbre representar casamientos ficticios, colocando parejas de niños en un talamo en el que permanecían sentados como símbolo del matrimonio. En Cataluña, por ejemplo, había lugares en los que el carácter infantil de la fiesta se acentuaba hasta convertirse en la “festa dels escolars" por antonomasia. En otras localidades, la bendición de los campos y de los panes era lo que mas la caracterizaba. En Cataluña, la Maya-reina, acabó teniendo un aspecto más religioso y se enlazó con la fiesta de la Santa Cruz (González y Mele. 1944: 69-70).
Larramendi, refiriéndose a la celebración de estos ritos en el País Vasco, en el articulo Maya, dice: “La niña que por mayo visten de novia, y otras piden para ella, 'mayatz anderea'. Esta forma ‘mayatz anderea', se traduce perfectamente por 'señora de mayo" (Larramendi. 1853: 155).
En el País Vasco nos encontramos los llamados “Maiatzeko Erregiña” que luego se convierten en “Maiatzeko Erregina” celebrados justo en Mayo.
“Erregiña haría alusión a la mujer de leche y Erregina a la mujer regina/reina. Observamos como la raíz es Maia- y no Mari-, de acuerdo al sentido arcaico del mito griego. Es precisamente en Arizkun, la otra población del baztán limítrofe a Beltza, donde se celebran aún hoy en día estos ritos en honor a Maia. Observen que también se llama “Maia Besta” referido al antiguo vocablo de vestal o virgen primaveral o sacerdotisa de Maia. O también el nombre de Maiumea/mayumea, donde aparece la raíz mai+umea (mes de maia). En estos ritos, se entroniza a una joven del pueblo subida a un trono, y se le adorna con flores (de lo primaveral), cantándose canciones dedicados a la joven. Esos cánticos a Maia, serían llamados “las Maias”. “ (http://e-n-r-r-i.blogspot.com/2008/07/el-valle-de-baztn-entre-ossai-i-oiasso.html)
LA MAYA-NIÑA Y EL TEATRO
Decía Covarrubias que la celebración de las fiestas de Mayo eran “una manera de representación". Como afirman González Palencia y Eugenio Melé, en su estudio sobre La Maya, de la antigua usanza de cantar el mayo ha derivado la forma drámatica tradicional de las aldeas; de tal manera que, los autos, los entremeses y los bailes que tomaron la Maya como tema principal de la obra, puede decirse que son importación de las actitudes y fiestas de una antigua costumbre popular. Para Maza Solano, uno de los autores que mejor refleja en sus obras dramáticas este tipo de costumbres populares, fue Lope de Vega (Maza, 1935: 11).
Caro Baroja, por su parte, afirma que los cantos del auto La maya son los populares, aunque considera que en éste 'hay una mezcla de elementos teológicos y simbólicos, que no van bien encajados". Por otra parte, entiende que el estudio efectuado por Maza Solano, sobre las alusiones de Lope a tales fiestas, tiene el interés de haber demostrado que en el capítulo en el que se estudia la fiesta tal y como se realizaba en la Montaña era igual a como se hacía en el siglo XVI.(Caro Baroja, 1979: 61).
La puesta en escena de esta tradición popular la lleva a cabo Lope de Vega en el auto sacramental La Maya, en el que la Maya, o reina de mayo, representa el Alma, mientras que el mozo por ella preferido simboliza la figura de Jesucristo:
“Esta Maya se lleva la flor,
que las otras no.
Esta Maya tan hermosa.
Tan compuesta y tan graciosa,
viene a ser de Cristo esposa,
y la palabra le dio,
que las otras no.
Las otras que en el pecado
están feas, no han llegado
a tan alto desposado; y
esta por limpia llegó,
que las otras no”.
PROHIBICIONES
En España, por tan solo mencionar algunas, tenemos que en el siglo XVIII el cabildo compostelano prohibió entrar en la catedral a las mayas y a los diablillos, por la indecencia de sus danzas y truhanadas (1). En 1769, el conde de Aranda intentó acabar con esta costumbre: exterminar el rústico abuso de las que con nombre de mayas se ponen en las calles causando irrisión y fastidio a las gentes. Y pocos años después los reyes Carlos III y Carlos IV. El primero ordenaba en 1785 que ninguna persona sea del estado que fuese, se presente y vista de Maia, ni ande con platillos pidiendo, ni los padres ni otras personas permitan a sus hijos que usen de tales trajes, y que tampoco formen altares en las calles, portales ni otros sitios profanos, pues con semejante pretexto se molesta a las gentes con petitorias o demandas...
Aunque estas prohibiciones y condenas no fueron óbice para que nuestros clásicos castellanos del Siglo de Oro no hiciesen en su mayoría alusiones a esta costumbre, en particular Lope de Vega; o para que no participasen haciendo de mayas personas vinculadas al palacio real: en un asiento de 1622 firmado por la costurera de la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, consta que Por un manteo de tisú de oro y guarda infante de Florencia recamado, componerlo para la dama Arnedo y Santa Lanuce que hicieron de Mayas reales en el palacio el Mayo de este año, ciento dos (2).
La mayoría de las prohibiciones que acabamos de mencionar, corresponden a las mayas, es decir, niñas adornadas con flores que se colocaban junto a altarcillos o pedían por la calle, en particular, dinero y golosinas, en nombre de la Santa Cruz.
Mes de Mayo
Para finalizar, sólo mencionaremos que, mayo es el Zif, Ydar, o Yiar de los hebreos, el Djiaichtha del año indio, el Pachon o Hércules [191] de los egipcios (que principiaba el 20 de nuestro abril, como el Floreal de la Convención), el Beschanschs de los coptos cristianos de Egipto, el Scharir-Mah de los persas, el Sene de etíopes y abisinios, elDsjummada-el-anual árabe y turco, el Hermeus (o de Mercurio) del año beocio, el Aphrodisius (o de Venus) del año bitinio, el Artemisius (o de Diana) del año lacedemonio y macedón, el Apogonios del año de Chipre y Pafos, y el Thargelión del año ático, o griego por excelencia.
Una época del año que ninguna cultura o civilización ha ignorado. Prepárate para celebrar el nuevo renacer.
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