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4 de mayo de 2011

¿Ajusticiamiento de Bin Laden? ¿Un mundo más seguro?

Osama Justice has benn done Obama lo ha dejado claro: “justice has being done”. Pero qué justicia, ¿la divina de los cristianos?, ¿la de los occidentales de buena conciencia?, ¿la de Obama?. ¿Cómo se supone que hay que explicar este acto de justicia a un niño en un país que cree en la justicia humana y que todo el mundo tiene derecho a su defensa en un juicio con todas las garantías posibles?, ¿o en un país en el que está prohibido la pena de muerte?. ¿El que estuviera desarmado cuando le encontraron ayuda a explicarlo?

Supongo que habrá que contarle al niño que nadie puede tomarse la justicia por su mano excepto el presidente de los EEUU o que no está permitida la tortura en ningún sitio excepto en EE.UU, con métodos científicos y seguros, para que nos protejan. Pero dudo mucho que lo entiendan. A mi, he de confesarlo, también me cuesta.

Que Obama mande ajusticiar a Osama también podría explicarse como un posible crimen que necesita ser llevado a la justicia. Y el hecho de que finalmente sea llevado o no a la justicia depende muchas veces de circunstancias ajenas a las voluntades de los jueces. Todos estamos hartos de ver crímenes que quedan impunes. Pero que la mayoría de los líderes de la humanidad lo hayan justificado y apoyado; que un número indeterminado de personas lo haya celebrado magnificado por los medios de comunicación, entra en un orden diferente de acontecimientos difícilmente explicables. Estamos ante la exaltación de la justicia ciega, sin juicio, del ojo por ojo, sin saber si el ojo ajeno es el que corresponde con el ojo propio y que impide conocer los sucesos reales. El hecho de que parezca más una operación de limpieza que un ajusticiamiento es insignificante comparado con el olvido de los valores de justicia occidentales. ¿Cómo vamos ahora a justificar moralmente que los terroristas no están actuando de acuerdo con la justicia? ¿a qué justicia podremos acogernos?

Todos nos hemos despertado en un mundo mucho más peligroso. Tardaremos tiempo en reconstruir el concepto de justicia. Y de quiénes son los buenos.

PD: que conste que Osama Bin Laden no me cae simpático precisamente y, por eso mismo, no me gustaría convertirme en algo parecido a él.

Los comentarios de los políticos españoles no tienen desperdicio: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/05/02/espana/1304322303.html

Otra justificación que se esgrime es que fue un acto de guerra, pero entonces no se podría hablar de acto de justicia. Y en el derecho internacional para que haya una guerra o conflicto armado internacional hace falta una Nación enemiga. ¿Contra que Estado se ha dirigido el acto de guerra?, ¿alguien ha reconocido alguna vez la Nación de Al Qaeda?, ¿o el “Estado terrorista”? Si se reconociese, esas mismas leyes de guerra permitirían que el nuevo Estado se defendiera legítimamente.

Con todo lo dicho, lo mismo se le podría ocurrir a alguien plantearse de nuevo el caso de los GAL ante la nueva visión de la justicia. A los implicados les daría el trato de héroes y juzgaría a los que les juzgaron. No importa que los GAL lo hicieran a escondidas sin base legal y Obama abiertamente con una supuesta base legal. Lo importante aquí es que ambos lo hicieron en nombre de una supuesta justicia. Para que los futuros “defensores de la justicia” no corrieran la misma suerte que los anteriores bastaría con crear una ley que legalizara los actos que cometieran.

Nuestro futuro depende de cómo se interpreten los actos que estamos viviendo y cómo lo expliquemos a las generaciones futuras.

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